60 años de “Satisfaction”, el kilómetro cero de la música de Los Rolling Stones

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El 6 de junio de 1965, Los Rolling Stones editaron su primer gran clásico, que fue también el primer número uno «propio» de la banda en Estados Unidos.

Rolling Stones del ‘65. Jagger, Richards, Watts, Jones y Wyman por las calles de Nueva York.

Aquel día de 1961 en la estación de tren de Dartford, cuando Mick Jagger y Keith Richards se volvieron a ver luego de un tiempo, hablaron de música y quedaron en seguirla. O ese otro día de mayo de 1963 en que Andrew Loog-Oldham los fichó para su agencia.

O aquel otro de comienzos de 1964 en el flamante manager los encerró en una habitación -si es que esto realmente sucedió, duda que poco importa, por cierto- de la que solo iba a dejarlos salir si lo hacían con una canción hecha por ellos.

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Todos estos son comienzos posibles para Los Rolling Stones. Circunstancias que dieron impulso a una de las bandas más trascendentes de la historia de la música popular. Pero hay un punto en la biografía de la banda: la noche o el día o cuando sea de que Keith Richards, más o menos dormido apretó el Rec de la grabadora Phillips para grabar lo que se supone soñó: un rasgueo de guitarra acústica que horas después serían el riff principal de lo que horas después sería “(I Can’t Get No) Satisfaction”, el kilómetro cero para la música de Los Rolling Stones.

¿Fue en la noche del seis de mayo de 1965 cuando aquello de la grabadora sucedió? ¿Acaso sucedió realmente? Es probable, pero poco importa. “Desperté en medio de la noche. Había una grabadora de casete junto a la cama y una guitarra acústica. A la mañana siguiente, cuando me desperté, la cinta había llegado hasta el final. Así que lo repasé, y hay como treinta segundos de este riff – ‘Pa-pa pa-pa-pa, no puedo obtener ninguna satisfacción’ – ¡y el resto de la cinta son yo roncando!», le dijo el guitarrista a la revista Rolling Stone. El relato es perfecto. Todo mito originario necesita de uno y este es el de Los Rolling Stones.

Los Stones, una banda en busca del hit propio

La banda, que estaba en medio de su tercera gira estadounidense, necesitaba urgente un nuevo single que la pegara fuerte. Pero necesitaban algo más que eso: necesitaban que fuero propio. Venían de “The Last Time”, editado en febrero de ese año. Era de ellos y había funcionado bien, pero era apenas el tercero firmado por Jagger y Richards. De los catorce singles editados por la banda hasta ese momento, solo tres eran de su autoría. Eso iba a cambiar con “(I Can’t Get No) Satisfaction”. O, a partir de “(I Can’t Get No) Satisfaction”.

Si a Keith le tomó unos minutos garabatear lo que luego sería el riff más popular, a Mick le tomó no más de diez minutos escribirle la letra, mientras tomaba sol al borde de la pileta del hotel donde se hospedaba la banda, en Clearwater, Florida.

A los pocos días, hicieron el primer intento en los Chess Studios de Chicago, pero no salió nada. Lo intentaron de nuevo el 12 de mayo en los estudios RCA en Hollywood y entonces sí apareció la canción, pedal Gibson Maestro Fuzz-Tone mediante. Fue ese pedal el que le dio el sonido al riff.

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Pero a Richards no le gustó. En realidad, no es que no le gustó, fue que para el guitarrista, aquello no podía ser más que una maqueta de canción y ese riff, la guía sonora para ser reemplazado por vientos. “Me estaba imaginando bronces, tratando de imitar su sonido para ponerlo en la pista más tarde cuando grabamos. Pero no teníamos bronces, y solo iba a hacer un doblaje. El tono del pedal fuzz fue útil para poder dar forma a lo que se suponía que debían hacer los bronces. Pero el tono fuzz nunca se había escuchado antes en ningún lugar, y ese es el sonido que atrapó la imaginación de todos”, dirá Richards al respecto en “Vida”, su imperdible autobiografía.

Editada el seis de junio de 1965, el éxito inmediato de la canción terminó por convencerlo. Por cierto, a las pocas semanas, Otis Redding grabó su versión de “(I Can’t Get No) Satisfaction” con los bronces que Richards había imaginado. Y tenía razón.

Esta nota fue publicada por el autor en rionegro.com.ar

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