CORTEN TICKETS

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Corten Tickets de Gustavo Zbrun es un libro que explora de manera profunda y crítica el estado actual de la escena independiente. A través de un enfoque detallado y comprometido, el autor ofrece una visión desalentadora pero realista sobre los desafíos que enfrentan los espacios culturales independientes, abordando temas como la falta de infraestructura, la dependencia de fondos estatales, y la competencia desigual con eventos gratuitos, en su mayoría patrocinados por los gobiernos que dificultan seriamente la sostenibilidad económica de los eventos pagos en la producción independiente. 

El libro comienza con una introducción que destaca la importancia de medir cada palabra escrita, reflejando el costo económico de producir un libro y las dificultades de emprender proyectos culturales independientes. Zbrun toma como ejemplo la ciudad de General Roca en la Patagonia Argentina, que alguna vez fue un vibrante centro cultural, hoy ha visto cerrar varios espacios dedicados a la música en vivo y al cine comercial en los últimos años. 

A través de entrevistas y testimonios, el autor revela la realidad de los artistas y gestores culturales que luchan por mantener vivos sus proyectos. La autogestión y la creatividad financiera se presentan como elementos clave para la supervivencia de estos espacios, pero también se señalan las limitaciones y las precariedades que enfrentan día a día. El libro critica abiertamente la gestión cultural estatal, señalando cómo las políticas públicas a menudo favorecen la continuidad de la dependencia y la informalidad en lugar de promover una industria cultural autosuficiente y robusta.

Corten Tickets no solo es una denuncia, sino también una llamada a la acción. Zbrun propone la necesidad de repensar las estrategias de apoyo a la escena independiente, fomentando una mayor participación de la comunidad y una reestructuración de las políticas culturales. Para lo cual ya se encuentra produciendo la continuación del libro en un sitio web de contenidos que brindan herramientas tanto para espacios culturales como para artistas emergentes, con lecturas esenciales para aquellos interesados en comprender las complejidades y los retos de la producción independiente en contextos desfavorables.

¿Cómo abordar la política cultural sin caer en la famosa grieta?

Uno tiene que hacer el ejercicio de separar las políticas públicas de la política ideológica y partidaria, estamos hablando de la plata de los vecinos, no de la plata de un partido político. Por esto mismo, tenía que llegar a presentar el libro antes de las elecciones presidenciales para no quedar supeditado a un posible cambio de época, quería que durante sus gestiones asome este libro, que marque un principio del fin de una era que nos condujo a ser una ciudad culturalmente pobre, que más allá de lo económico, el sector artístico cultural ha entregado lo único que jamás debería resignar, su espíritu rebelde y disruptivo, su identidad a cambio de algunos aportes estatales y pases a planta permanente.

¿Qué tan difícil fue realizar un diagnóstico de situación? 

Indagar en la escena cultural es complejo, más aún si lo que se busca es abordar a la actividad como un motor productivo, de desarrollo y trabajo. Sin dudas una tarea demasiado sensible y quizás nuestra zona sea una de las más reticentes en permitirse ser analizada desde este punto de vista. Por un lado se carece completamente de datos y por otro lado abundan textos e investigaciones donde se la posiciona como una actividad intangible que no necesita ser rentable ni responder a las exigencias como en cualquier sector productivo. Por eso el libro entrevista a personas ligadas a la producción, los que invierten su guita, generan trabajo y tienen como objetivo cortar tickets para seguir produciendo. Una ciudad puede tener cientos o miles de artistas pero no significa que constituyan una industria en sí, sino muy por el contrario.

El nuevo proyecto de Corten Tickets orientado como soporte para proyectos independientes.
La página web del libro ofrece contenido extra para descargar y un manifiesto de 12 pasos.

¿Qué motivó realizar el libro?

Fueron una sumatoria de condiciones y experiencias sostenidas durante muchos años. A tres años de la famosa nueva normalidad sentí que ya era el momento de poner temas sobre la mesa, analizar seriamente el contexto con datos concretos y dejar preguntas que motiven a discutir sobre nuestro escenario actual y el futuro laboral que le depara a las nuevas generaciones en formación. Más allá de la crítica a las políticas culturales, el objetivo del libro apunta fomentar la importancia de los espacios culturales independientes en sus comunidades, y como estos son vitales para el desarrollo de todo un sector que debe ser sostenible con recursos propios para lograr esa independencia. Si no contamos con una audiencia que apoye y valore a los espacios de su localidad, muy difícilmente se logre constituir una industria, es decir, que genere salida laboral y absorba la gran demanda de oficios que contiene la escena cultural.


¿El covid vino a cambiar la escena?

La pandemia puso en evidencia innumerables falencias que venimos soportando durante décadas, no sólo en el ámbito cultural sino en toda la esfera gubernamental. Mientras nos fundíamos y perdíamos nuestros espacios culturales, (hoy irrecuperables) los dueños de lo público y sus aplaudidores tuvieron el descaro de vendernos que la salida era colectiva, que de esta salíamos entre todos y mejores. Hoy podemos decir que no sólo no fue colectiva, sino que además, lo primero que hicieron fue salvarse ellos. Hoy en la ciudad el sector cultural no produce sin la firma de funcionarios y esto no es casualidad, es complicidad y es hora de comenzar a discutir estas problemáticas, porque un gobierno patrono en lo cultural no sostiene nada que atente contra su estatus, entonces, ¿qué tipo de industria cultural es esa que nos quieren vender?.

Gusti Zbrun autor del libro Corten Tickets.
Zbrun sabe de lo que habla y su libro abre una discusión necesaria sobre cómo se gesta la producción y cómo sus artistas deciden llevarla a escena.

¿Qué repercusiones está teniendo el libro?

Desde su lanzamiento el libro agotó muy rápido la primera edición, algo totalmente impensado, quedan pocos a la venta de la segunda impresión y ya no tengo más ejemplares, lo que me demuestra que el sector necesitaba un golpe de realidad crudo, sin filtros. Las repercusiones son muy positivas de gente que acusó el golpe y siente la necesidad de comenzar a plantear cambios estructurales en nuestra manera de abordar la cultura. Si bien trataba de no pensar mucho en su impacto, hoy veo a muchos con ganas de hablar y de sacarse de adentro muchas cosas contenidas, todos sabemos que cuestionar al modelo cultural instalado es exponerse a ser blanco fácil de un sector que intenta refutar y hasta despreciar tu opinión con muletillas y frases armadas por más datos que aportes. Que el libro esté fomentando el diálogo y que sirva de apoyo para quienes se animan a opinar sus ideas es sumamente positivo, hoy forma parte de la bibliografía de la universidad de artes en la carrera de música popular y eso si que no lo esperaba, mucho menos estar dando charlas con alumnos.

¿Qué cambio fundamental necesita el sector cultural?

El cambio que necesita el sector es primero asumir que debe modificar su modelo de producción y andamiaje, hoy nos encontramos con toda una comunidad artística que reclama a gritos que no se cambie nada, que no se toque nada, porque la cultura no se toca y no se la debe cuestionar, para ellos hay que dejar todo como está por más que los datos indiquen lo pésimo que funcionaba todo.

Hoy decir cultura en esta ciudad es casi un sinónimo de pobreza, la han llevado a ser dependiente, asistencialista que todo el tiempo está demandando aportes, porque ellos se adjudican ser la cultura, sin embargo, es tiempo de comenzar a vislumbrarla como un motor económico, que tracciona y que es potencialmente generadora de empleo, hay cientos de oficios conexos en la producción de espectáculos, en la ciudad no se ven ante la falta de propuestas laborales. En países con economías medianamente sanas, el sector cultural es uno de los principales actores económicos a niveles del PBI, mientras acá la cultura se transformó en una bola deficitaria imposible de sostener. No lo digo yo, ahí están los números, si a alguien le molestan, quizás sea hora que se pregunte si no es parte del problema.

Si bien el libro es bastante crítico en varios trayectos, el autor es optimista en cuanto a las acciones que se podrían adoptar para comenzar a consolidar las escenas culturales en el interior del país. El Manifiesto que presenta sobre el cierre del libro subraya la importancia de un compromiso activo y consciente de la comunidad para apoyar y sostener la cultura independiente en cada localidad, haciendo especial énfasis en la participación, el consumo responsable y la promoción positiva de eventos y espacios culturales.

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