Tras casi diez años sin música nueva, la banda liderada por Walas finalmente editó su noveno disco de estudio, justamente y no por casualidad, llamado Nueve. Tampoco es casual, porque nada lo es en esta banda, que contenga nueve canciones.

Sí, tan solo vamos por la mitad de 2024, pero es tiempo suficiente para saberlo: Nueve, de los Massacre, es el mejor disco del año. Habrá muchos más de acá a fin de año, tantos como los que hubo hasta ahora, pero ninguno será como Nueve.
Editado el 11 de junio, Nueve es el flamante sucesor de “Biblia Ovni” del lejanísimo 2015. Desde entonces, dos singles en vivo más y nada más hasta fines de junio, cuando editaron la bellísima “Mariposa”, el primer single de Nueve, una joya de psicodelia pop en colaboración con Gustavo Santaolalla.
Le siguieron, en abril de 2023, la doble entrega “Ella va”/ “La cita”, y, un año después, “Insomnio”, con la participación de Goyo Degano. Si hubo que esperar casi una década para escuchar música nueva de Massacre, créanme que bien valió la espera.
Nueve en la discografía Massacre
Nueve es para la discografía de Massacre un disco único muchos sentidos. Su nombre, que es un número, dice mucho de su originalidad: hecho por tres productores bien diferentes unos de otros, cada cual trabajó tres temas ofreciendo texturas y sonoridades diversas que, vaya paradoja, dieron cohesión al álbum.

¿Tres productores distintos para un mismo disco? Toda una osadía que solo los Massacre son capaces de asumir y, qué duda cabe, solo los Massacre son capaces se salir airosos de semejante osadía.
Nueve está compuesto por nueve canciones producidas por Gustavo Santaolalla, Héctor Castillo y Federico Piskorz, nada menos que el guitarrista de Massacre. Tres productores que trabajaron cada uno en tres canciones, grabadas y editadas acá y allá, entre Buenos Aires, Brooklyn, Los Ángeles y Texas.
“Se llama así porque todo está relacionado con algo numerológico. Además de ser nuestro noveno disco, tiene nueve canciones y alguien dijo que nueve es nuevo, pero en inclusivo, ja. Es como un tríptico, como si se trataran de tres maxi-singles», decía Walas, cantante, compositor y frontman de Masscre, en una entrevista con Rolling Stone.
¿Cómo es cada fase?, le preguntamos a Walas durante una charla con el diario Río Negro, en agosto del años pasado: “La fase Santaolalla es más psicodélica, él tocó y cantó, me pidió si podía meter voces y guitarras y por supuesto que le dije que sí. La fase de Texas, a cargo de Héctor Castillo, es completamente desértica, mucho más desértico el sonido, se ve que nos influyó el lugar porque logramos un sonido más de ruta desértico. Y la fase de Piskorz es mucho más experimental con tres canciones que están buenísimas”, decía por aquel entonces, cuando “Insomnio”, producida por Piskorz aún no había sido publicado y no se sabía de qué iba su trabajo.
Nueve, un disco a la altura de Massacre
El disco es todo lo que podíamos esperar de Massacre. Pero, ¿qué se suponía que esperábamos de una banda que siempre estuvo aunque no haya sacado música nueva en casi diez años? Esperábamos lo que solo Massacre, es capaz de hacer: un disco atrevido en cualquiera de sus sentidos posibles. Atrevido y experimental, ¿qué otra cosa si no?

Creado en ese tiempo de excepción que fue la pandemia, Nueve suena a cosas diferentes de las que sonaron en discos anteriores de Massacre. O, dicho de otro modo: Nueve no suena a nada parecido. Ni siquiera cuando creemos que se parece. Otras instrumentaciones, otras búsquedas sonoras en un tiempo de incertidumbres existenciales.
Las canciones
Nueve abre con “La máquina del tiempo”, una canción con los Massacre en modo Coldplay o, lo que es lo mismo, el último U2: pero es una ruta que solo llega hasta la primera rotonda que los sacará de ahí rumbo a La Plata. Allí se sube Santiago Motorizado, su bajo y su voz para darle a la canción producida por Fico Piskorz un vuelo musical increíble.
Walas decía que la fase Piskorz fue la más experimental y vaya si lo fue en esta canción: con el uso de Inteligencia Artificial rescataron dos viejísimas grabaciones de la banda, un breve parlamento de un tema que se llama “Canción de las muñecas” y una intro de batería de un tema que se llama “Te arrepiento”. “Con la IA despegamos la voz de las cintas de Massacre Palestina y quedaron geniales”, revelaba Walas en aquella nota con Rolling Stone.
“Ella va” está habitada por esa mujeres poderosas tan propias del universo Massacre. Árida y rutera como todas las canciones producidas por Héctor Castillo en su Sonic Ranch de la árida Texas.
“Mariposa” es la joya del disco, si dudas. Producida y arreglada por Gustavo Santaolalla, el ex Arco Iris tocó y cantó dándole a la canción un aire psicodélico potenciado por la bella interpretación vocal de Walas, uno de los mejores cantantes del rock argentino, un rock que no se caracterizó nunca por ser bien cantando.
“La cita” es la otra cara de aquella doble entrega que acompañaba a “Ella va”, también producida por Castillo. Una aventura de tres viejos amigos recorriendo disquerías en los bordes de Las Vegas. La canción incluye un feat. Tácito: Adrián Dárgelos, uno de los amigos en cuestión. “La cita” bien podrías haber sido una canción de Babasónicos.

“Insomnio”, otra de las producidas por Fico Piskorz, pone a Walas en alturas vocales inéditas (ya dijimos que era uno de los mejores, ¿no?). Canta alto porque allá arriba es donde lo espera Goyo Degano, otro de los invitados de Nueve. Esta canción, que además cuenta con el piano de Sebastián Schachtel, de Las Pelotas, demuestra que ningún invitado está porque sí. Y la canción que viene no hace más que confirmarlo.
“Medusa lunar” incluye a Vicentico de un modo tan particular que no es fácil detectarlo, un gran trabajo de Héctor Castillo. El cadillac nos conduce por un viaje amniótico impresionante. Sin dudas, la otra joya del disco, acaso de lo más osado de Nueve. Una canción que nos demuestra que una banda hecha de tipos de más de 50 con más de 30 de carrera sí puede correrse de su zona de confort, asumir riesgos estéticos y clavarla al ángulo. “Riesgo”, producida por Santaolalla, muestra el camino de salida de Nueve y algo más también: cómo habría sonado Massacre si los hubiera producido Santaolalla veinticinco años antes.
“Bajo la alfombra”, la última de Piskorz, es la más Massacre de las canciones de Nueve. La trompeta es de Gillespi, un (gran) feat. más y van…
Por último, “Viaje astral”, el primero de los nueve en ser grabados, un viaje al corazón del espíritu musical rock pop de Santaolalla. Un cierre muy a la altura de uno de los mejores discos de este tiempo.